Partir del punto.
Partir del punto – revista Punto de partida es un proyecto diseñado por el program Punto de Partida de Literatura UNAM, la Revista de la Universidad de México y Piso 16. Laboratorio de Iniciativas Culturales UNAM para involucrar a tres universitarios en la transformación de la revista Punto de partida, quienes se encargan de los procesos de edición, diseño y difusión de seis números a lo largo de un año, con el objetivo de brindarles una experiencia en el ámbito editorial que contribuya a su desarrollo profesional.
Además de contar con la guía del equipo de Punto de partida y de la Revista de la Universidad de México para aprender aspectos de las tres áreas, pueden también participar en las actividades del Programa de Acompañamiento de Piso 16. Laboratorio de Iniciativas Culturales UNAM, así como programar sesiones de trabajo en el espacio. Reciben también un apoyo económico por cada número de la revista que elaboran.
Seleccionados.
Edición
Reside en la Ciudad de México. Estudió la licenciatura en Filosofía en la UNAM. También es fotógrafa. Se ha enfocado en temas de estética e historia de la fotografía. Durante el bachillerato fue parte del consejo editorial de Río Demente, revista impresa de creación literaria sobre eventos culturales, con cinco números publicados. Hizo su servicio social en el Fondo de Cultura Económica como asistente en el Departamento de Humanidades, a cargo de Edgar Krauss y Lizeth Mora, actividad que reafirmó su interés en la edición. De 2017 a 2018 fue integrante del proyecto PAPIIT IN 402317 Heteronomías de la justicia: nomadismo y hospitalidad en el lenguaje, coordinado por Silvana Rabinovich. Diseñó el logo del proyecto, colaboró en la creación del sitio web, del que es gestora, y en el montaje de la exposición Nomadismos y hospitalidades: comcaac y saharaui en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo en la Ciudad de México.
Diseño
Estudió Diseño Gráfico en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, ha ganado los concursos DC Shoes y Xico: intervención. Realizó su servicio social en El Colegio Nacional, donde trabajó en la formación y corrección de libros editados por la institución. Cuenta con conocimientos en Illustrator, Photoshop, Indesign, Premiere, Audition y Muse.
Difusión
Estudió Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y en 2018 se tituló como licenciado con la tesis La narración de relatos verídicos a través del lenguaje del cómic: análisis de dos historietas sobre el "caso Ayotzinapa". Desde 2014 es community manager y asistente de las áreas de comunicación y relaciones públicas en la Dirección General de Publicaciones de la UNAM. Además de difundir su información en redes sociales he participado en la organización y seguimiento de actividades en librerías, ferias del libro y otros recintos culturales.
Memorias 2019.
Partir del Punto 2019.
Elsa Aranzazú Blázquez Menes - Edición
Hace poco escuché en un taller de procesos editoriales que pocas personas llegan al oficio de la edición por voluntad, que muchas lo hacen por accidente, por suerte o por necesidad, ello ligado a que la oferta pública de profesionalización para esto es escasa. Me sentí identificada porque no cursé Filosofía con la idea de enfocarme a la edición, llegué por curiosidad, para darle una oportunidad a una intuición vocacional que sentía desde hace tiempo —en parte heredada y que se reforzó con mi servicio social en el FCE—, y también por la necesidad de tener un respaldo profesional y económico más allá del que la academia puede ofrecer.
Nuestra generación padece la sobreexigencia de experiencia laboral acumulada a una edad muy temprana, lo cual es abrumador e insensato. Esto hace a Partir del punto una oportunidad única; ser aprendiz de editora en Punto de partida ha significado crecer en un espacio de trabajo muy ameno, con formación directa, guiada, mucha responsabilidad y, no sobra mencionarlo, con una remuneración adecuada. La experiencia que tengo hoy, a poco más de un año de trabajar en la revista, ha ampliado mi panorama del mundo editorial y me ha dado certezas personales. Hubo momentos en que me sentí abrumada por el trabajo que implica —no creamos que puede ser una actividad secundaria— y por saber que es una publicación de mucha calidad y tradición; a pesar de ello, el acompañamiento, enseñanzas, paciencia y confianza de Carmina Estrada, así como el compañerismo de Eduardo Cerdán, han sido vitales para confiar en mi criterio y preparación.
En ese sentido, es importante saber que todo el proceso editorial se hace en equipo, por lo que es indispensable la comunicación, claridad y prontitud. También es cierto que no hay mejor manera de aprender que haciendo; los manuales y los lineamientos se sienten vacíos hasta que una se enfrenta a casos, a trabas de gestión, a la formación que cada texto pide o sugiere, a los imprevistos que se deben resolver. Uno de los aprendizajes más gratos ha sido ir a pie de máquina a supervisar la impresión, una parte poco visible pero necesaria para cuidar la calidad del resultado final. Parte de ser editora es llevar la revista a los lectores, las presentaciones en público y la relación directa con autores también han sido retos igual de gratificantes.
Como consejo a quienes participen en la próxima convocatoria Partir del punto diría que piensen las secciones y su contenido tomando en cuenta que cada elemento agregado implica una carga de trabajo específica y la búsqueda de colaboradores para cada género, lo cual no siempre es sencillo. Otro consejo es procurar una gestión del tiempo realista y ordenada, cuidar el hábito de anotar y descartar pendientes: la memoria es traicionera cuando hay mucho por hacer.
Siempre piensen en el lector y en el medio, en un contexto con muchas iniciativas editoriales independientes, ¿qué proponen para que esta revista se siga distinguiendo? Partir del punto es una experiencia que permite identificar si la edición es algo a lo que quieren dedicarse. En mi caso, el camino será seguir conociendo y explorando este mundo, que me ha cautivado.